Verrugas

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Clínica y diagnóstico

 Se manifiesta con la aparición súbita y progresiva de ronchas rojas muy pruriginosas (pican), transitorias, de diferente tamaño que desaparecen sin dejar huella.

La historia clínica es la herramienta más importante para establecer el diagnóstico. Mediante el interrogatorio se puede establecer la posible causa desencadenante.

Cuando la urticaria es crónica, el dermatólogo determinará la necesidad de realizar pruebas de laboratorio para descartar la manifestación de enfermedad sistémica.

Con el examen físico las lesiones son características y fácilmente reconocidas por el dermatólogo.

Clasificación

Se clasifica de dos formas; de acuerdo al tiempo de evolución y de acuerdo a la causa.

De acuerdo al tiempo de evolución y de duración de las lesiones, la urticaria puede ser clasificada en aguda (menos de 6 semanas) o crónica (más de 6 semanas).

La urticaria aguda se presenta con frecuencia en la población por infecciones virales, picaduras de insectos, medicamentos o alimentos (los más frecuentes son huevo, mariscos, leche, nueces).

Es más frecuente que ocurra en personas con enfermedades de la piel como la dermatitis atópica.

La urticaria crónica debe ser estudiada por un especialista, ya que en cierta proporción de los casos puede ser una manifestación de enfermedades sistémicas.

Según el desencadenante se clasifica en:

Urticaria física: Por estímulos térmicos o mecánicos (ejercicio, exposición al sol o al agua, urticaria por presión, urticaria por calor o frío, urticaria solar, urticaria acuagénica).

Urticaria Colinérgica: Se estimula la producción de acetilcolina (un neurotransmisor que ayuda a controlar nuestro sistema nervioso). Las lesiones aparecen secundarias a calor, ejercicio o factores emocionales.

Urticaria Adrenérgica: En este caso se estimula la producción de adrenalina, las lesiones se desencadenan por estrés y son un poco diferentes a las lesiones típicas ya que son pequeñas y tienen un anillo blanco alrededor de las mismas.

Tratamiento

Lo más importante en el manejo de la urticaria es eliminar la causa desencadenante. Por esto es importante intentar ser lo más explícito y detallado con el médico durante el interrogatorio.

Se usan medicamentos antihistamínicos que disminuyen los síntomas y en la mayoría de los casos disminuyen el tamaño de las lesiones hasta su desaparición.

Los corticoides se pueden usar en casos muy severos y con prudencia, de acuerdo a la indicación del especialista.

Se pueden usar emolientes o cremas hidratantes que ayuden a “refrescar” las lesiones.

Casos de Éxito